En Madeortega nos preocupamos por la seguridad y la salud de nuestros trabajadores y colaboradores, damos prioridad a este tema que debe ser considerado en cualquiera de las empresas como parte fundamental entre los miembros de la organización. La salud y la seguridad laboral se refiere a las prácticas y procedimientos que se deben seguir para proteger a los trabajadores de lesiones y enfermedades relacionadas con el trabajo.
A propósito de que el 28 de abril de cada año, se celebra el Día Mundial de la Seguridad y Salud en el trabajo, nuestro Analista de Seguridad Industrial, el Ingeniero Stalin Caiza, nos menciona lo siguiente “Los sobreesfuerzos, los movimientos repetitivos y los malos hábitos posturales en el trabajo, pueden generar afecciones en la salud de los trabajadores. Por eso, es recomendable tener un buen calentamiento antes de ingresar a la jornada laboral, para evitar lesiones musculares, fortalecer el autoestima y recargar la energía. Asimismo, elaborar pausas activas durante la jornada, mejora la calidad de vida laboral, disminuye el estrés y potencia el desempeño y la productividad”.
Nosotros como Industria Nacional nos responsabilizamos para que los lugares de trabajo sean seguros y saludables, proporcionamos capacitación en seguridad y salud en el trabajo y brindamos el equipamiento de protección personal adecuado. Del mismo modo, nuestros trabajadores proporcionan información sobre los riesgos asociados en el trabajo para prevenir lesiones y enfermedades relacionadas con el mismo. Usando de manera adecuada los equipos de protección personal (EPP) como gafas, orejeras, tapones, mascarilla doble filtro, guantes, zapatos de punta de acero y ropa de trabajo completa.
Todos nuestros equipos están certificados para garantizar la salud y seguridad de todos los trabajadores, para así evitar los factores de riesgos a los que se ven expuestos como son los riesgos: físicos, mecánicos, químicos, biológicos, ergonómicos y psicosociales.
Cuáles son las afecciones que pueden afectar a los trabajadores en su ergonomía
- De pie en el mismo sitio: Problemas vasculares como varices, dolor lumbar.
- Sentado sin respaldo o en silla inadecuada: fatiga muscular como lumbalgias.
- Sujeción inadecuada y maniobras manuales repetitivas: Síndrome de túnel carpiano.
- Levantamientos forzados y mala manipulación manual de cargas: Distensión, desgarros, hernias de disco, inflamación de tendones.
Cuáles son los beneficios de tener un buen calentamiento antes de ingresar a la jornada laboral.
- Evitar lesiones musculares.
- Mejor estado de ánimo favoreciendo el autoestima y capacidad de concentración.
- Entrar con buena energía a nuestra área de trabajo.
Cuáles son los beneficios de hacer pausas activas en las jornadas de trabajo.
- Mejorar la calidad de vida laboral.
- Disminuir el riesgo a padecer o desarrollar alguna enfermedad sobre la demanda laboral.
- Prevenir lesiones musculoesqueléticas y liberar el estrés articular y muscular.
- Potenciar el desempeño y productividad laboral.
- Disminuir el estrés.
Cuál es la importancia del uso de EPP
- Prevenir lesiones innecesarias en el lugar de trabajo.
- Proteger a los empleados de accidentes laborales.
- Ayudar a cumplir con los requisitos reglamentarios.
- Mejorar la productividad y la eficiencia de los empleados.
Es importante que todos los involucrados comprendan la importancia de la seguridad de la salud en el lugar de trabajo la implementación de las prácticas de seguridad y salud laboral pueden reducir el número de accidentes y lesiones relacionadas en el trabajo lo que puede mejorar la productividad y reducir los costos asociados con lesiones y enfermedades laborales.
Una empresa 100% familiar con más de 30 años en el mercado.
Érase una vez un niño oriundo de una tierra de altos contrastes. Entre el helado páramo andino y el sol radiante de un país ubicado en la mitad del Mundo, Montúfar es el cantón que vio nacer al Gerente General de Maderas Andinas Cia.Ltda., Madeortega.
La infancia de Santos David Ortega Pozo, estuvo sumida en la simplicidad. Sus padres, aguerridos trabajadores, se dedicaban a cultivar la tierra la mayor parte del año. Aunque siempre generosa la Pacha Mama, el dinero era escaso; pero nunca impidió la escolarización de los hermanos, ni tampoco las grandes ideas o emprendimientos.
La primera empresita familiar producía ladrillos de barro para la construcción. Todos participaban, incluso los animales. La “Colorada”, una yegua de mediana edad, no solo era la cómplice de tres niños que la montaban para controlar la producción de los ladrillos, sino la delegada de la mezcla del barro.
Los recorridos a la escuela eran largos pero no sólo tenían palos, piedras y lodo sino de alegrías, juegos y mucha hermandad. Un día, atrasado a un acto escolar y sin zapatos, David cerró los ojos y recuerda que le pidió a Dios que si le ayudaba a “volar”, prometía ser un niño menos travieso y más obediente. De tanto apretar las muelas rezando, recuerda que dentro de nada se encontró en medio del patio de la escuela. Desde ese día cree que es un hombre que lo consigue todo y que la fe mueve montañas. “De lo poquito que tengo, lo he conseguido con Fe”, afirma.
Saliendo de su tierra, los años en el Seminario Mayor de Quito le enseñaron la disciplina, la verdad, la sinceridad, lo que hasta el día de hoy caracteriza a “Don David”. Esos años y el sacrificio de sus padres, lo llevaron a estudiar economía. Al tercer año, sus padres vendieron todo y se trasladaron a la capital para montar una tienda de abastos de barrio.
Durante 10 años fue servidor público, en el área de estadísticas del entonces Ministerio de la Pequeña Industria, donde adquirió experiencia y capacidad de escoger lo mejor para el país. Aunque tarde, al fin Dios le iba a dar lo que le tenía preparado.
Conoce a su esposa y a su primo, y forman parte de una sociedad llamada “Proveedores Asociados”. Durante 10 años la sacan adelante inclusive durante fines de semana. Como nunca antes la abundancia rebasó a todos y la vida les pone a prueba: el banco embarga las propiedades por un manejo inadecuado del Gerente Financiero.
Prácticamente en la banca rota en el año 97, se le incrusta en la retina la idea de ser un empresario. A sus 48 años era operario de maquinaria, empacador de producto, vendedor y hasta cobrador. Consigió comprar un automóvil Hyundai Elantra que conducía acompañado de su familia; con él compraba la materia prima fuera de la capital (la madera de pino), y regresaba a procesarla en la entonces fábrica “Palillera de los Andes”. Luego su empresa cambia al nombre comercial “Maderitas” hasta al 2010. Nombre que por cierto a día de hoy nadie olvida. La empresa fue creciendo y cambia a “Maderas Andinas Cia.Ltda, Madeortega”.
Se embarcan en la compra de un terreno en el corazón industrial de Sangolquí, y en el montaje de una fábrica con cinco naves para procesos productivos, administrativos y bodegas, con proyectos de extensión… aunque para muchos seguimos siendo “Maderitas” así en diminutivo.
El 10 de noviembre Don David cumplió 73 años, y ya quisiera jubilarse, comprar una pelota de básquet y volver a sus años de baloncesto; irse a un partido de su equipo de fútbol “El Nacional” o ver una película en “estas nuevas salas de cine”. Quisiera viajar a cualquier parte del mundo pero con su familia… Pero Madeortega es su segundo hogar.
Y aunque actualmente son tiempos difíciles para la producción nacional, cierra los ojos, regresa a ese camino a la escuela, y una vez más le pide que le de la mano, y dice “Dios aprieta pero no ahorca”.